La eyaculación anticipada o precoz es una de las formas más comunes de disfunción sexual que afecta a los hombres, mientras que su subtipo de eyaculación precoz (EP) de por vida es relativamente poco frecuente (con una prevalencia estimada del 2 al 5%).
La definición para la eyaculación precoz de por vida más aceptada es la de la Sociedad Internacional de Medicina Sexual (ISSM) que la considera como la eyaculación que siempre o casi siempre ocurre antes de un minuto o poco después, una vez que se ha penetrado vaginal, anal u oralmente a la otra persona desde las primeras experiencias sexuales, además de una serie de consecuencias personales negativas, como: angustia, molestia, frustración y/o evitación de la intimidad sexual.
La eyaculación precoz de por vida afecta negativamente la calidad de vida del paciente y su pareja. Por lo que la evaluación adecuada de este problema de forma objetiva y validada siempre ha sido un desafío.
La teoría del uso de la toxina botulínica A para el tratamiento de la eyaculación precoz (EP) tuvo su inicio en 2010.
Se pensaba que la inyección de toxina botulínica A en el músculo bulboesponjoso impediría las contracciones rítmicas y podría prolongar la latencia de la eyaculación. En teoría, la fase de expulsión de la eyaculación únicamente se ve afectada por la inyección de toxina botulínica A en el músculo bulboesponjoso, mientras que la fase de emisión no debería verse afectada.
Una vez realizado el estudio hubo diferencias insignificantes en comparación con los valores iniciales a 1, 3 y 6 meses, entre ambos grupos (grupo I que se le aplico la toxina botulinica A, y el grupo II al cual no fue aplicada).
En el grupo I, se informó disfunción eréctil leve y goteo post-miccional en un paciente cada uno.
Mientras que en el grupo II, un paciente informó sangrado por uretra.
En conclusión, la inyección de toxina botulínica A en el músculo bulbo esponjoso parece ser segura, pero no logró demostrar eficacia clínica para el tratamiento de la eyaculación precoz de por vida en comparación con el placebo. Sin embargo, es posible que se necesiten más estudios con un tamaño de muestra más grande para validar esta conclusión y encontrar otras líneas novedosas de tratamiento.
Me llamo Andrés Salas y soy sexólogo enfocado en la esfera sexual masculina, con muchos años de experiencia (disfunción eréctil, eyaculación precoz, disminución del deseo sexual, crecimiento peneano, entre otros). He ayudado a muchísimos hombres formándome como especialista en España, con uno de los mejores sistemas de educación en el campo de la salud sexual del mundo. Poseeo un Doctorado académico y se me ha considerado por organizaciones internacionales como uno de los mejores sexólogos de habla hispana que ha realizado más avances en este campo de la sexualidad humana.
Dr. Andrés Salas, PhD