En un estudio publicado por autores españoles investiga la disfunción sexual en mujeres españolas con fibromialgia, comparándola con individuos sin fibromialgia, se destacan los hallazgos de este estudio, debido a que sabemos que también esta enfermedad es padecida por personas con pene, para las cuales los resultados de esta investigación puede beneficiarles.
Investigaciones anteriores han demostrado que existe una mayor prevalencia de disfunción sexual en personas con fibromialgia.
La fibromialgia es una afección médica que causa dolor generalizado, fatiga, trastornos del sueño y otros síntomas cognitivos y físicos, afectando enormemente la calidad de vida de la persona.
Se sabe que la actividad física mejora la función sexual en la población general, por lo que los investigadores decidieron explorar su impacto en la disfunción sexual de las mujeres con fibromialgia. Comprender estas relaciones es importante para mejorar la prevención de la disfunción sexual y las estrategias de intervención.
Un total de 170 mujeres españolas participaron en este estudio (88 con fibromialgia, 82 sin fibromialgia) para determinar las tasas de disfunción sexual y el posible impacto de la actividad física. Para medir la disfunción sexual se utilizó el Índice de Función Sexual Femenina (FSFI), un cuestionario para medir la función sexual de la mujer.
Los niveles de actividad física, por su parte, se evaluaron según los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS). A continuación, se utilizaron análisis estadísticos para comparar los grupos y las relaciones entre fibromialgia, disfunción sexual y actividad física.
En el estudio, ambos grupos de mujeres eran similares en edad e índice de masa corporal, y no habían diferencias significativas en los hábitos de tabaquismo, el estado civil o el número de nacidos vivos de los grupos.
No obstante, los resultados del estudio mostraron que las mujeres con fibromialgia tenían puntuaciones significativamente más bajas en todos los aspectos de la función sexual (deseo, excitación, lubricación, orgasmo, satisfacción y dolor) en comparación con las mujeres sanas.
Además, las mujeres con fibromialgia presentaban puntuaciones generales del FSFI más bajas que las mujeres del grupo de control. De hecho, el riesgo de disfunción sexual era 8,6 veces mayor en las mujeres con fibromialgia. La actividad física tuvo efectos variables en la función sexual de las mujeres con fibromialgia, pero las que realizaban actividad física con regularidad seguían presentando peores puntuaciones en el FSFI que las mujeres sanas que realizaban actividad física con regularidad e incluso que las que no la realizaban.
De este estudio se desprenden varios aspectos clave para las pacientes con fibromialgia. En primer lugar, los resultados mostraron una alta prevalencia de disfunción sexual en mujeres con fibromialgia, que afecta a varios aspectos de la salud sexual, como el deseo, la excitación, la lubricación, el orgasmo, la satisfacción y el dolor durante el coito. Más del 85% de las pacientes con fibromialgia estaban por debajo del punto de corte para la disfunción sexual en este estudio.
El estudio también exploró posibles explicaciones de la mayor disfunción sexual en pacientes con fibromialgia. Factores como la medicación (antidepresivos o psicofármacos) y aspectos físicos y psicológicos (dolor, fatiga, ansiedad, depresión) asociados a la fibromialgia se identificaron como posibles contribuyentes a la disfunción sexual.
Contrariamente a lo esperado, la actividad física regular no alteró significativamente las puntuaciones totales de disfunción sexual de las mujeres con fibromialgia. Tanto las pacientes con fibromialgia activas como las no activas mostraron puntuaciones totales de disfunción sexual similares, lo que sugiere que la actividad física por sí sola puede no ser suficiente para mejorar la salud sexual de estas personas.
Por lo tanto, aunque la actividad física regular puede ser una estrategia, las intervenciones adicionales, como la fisioterapia especializada del suelo pélvico, pueden ser más eficaces para abordar la disfunción sexual en las mujeres con fibromialgia. Por ello, las pacientes con fibromialgia deberían plantearse incorporar diversas intervenciones a sus vidas para mejorar su bienestar general.
Me llamo Andrés Salas y soy sexólogo enfocado en la esfera sexual masculina, con muchos años de experiencia (disfunción eréctil, eyaculación precoz, disminución del deseo sexual, crecimiento peneano, entre otros). He ayudado a muchísimos hombres formándome como especialista en España, con uno de los mejores sistemas de educación en el campo de la salud sexual del mundo. Poseeo un Doctorado académico y se me ha considerado por organizaciones internacionales como uno de los mejores sexólogos de habla hispana que ha realizado más avances en este campo de la sexualidad humana.
Dr. Andrés Salas, PhD
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