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Autoestimulación femenina

Por Dr. Andrés Salas, PhD

Especialista en Salud Sexual

Director del Centro Integral de Salud Sexual | Dr. Andrés Salas, PhD

Presidente de la Organización Multidisciplinaria para la Salud Sexual


La masturbación es un tema que encierra múltiples mensajes, tanto culturales negativos como sexológicos positivos. Esta diversidad es una ventana para explorar la sexualidad femenina.


Lleve a cabo un estudio para establecer la prevalencia de masturbación en estudiantes universitarias residentes en Alajuela, Heredia, San José, Costa Rica.


Siendo un estudio descriptivo transversal con cuestionario de autorreporte. Se realizó análisis descriptivo e inferencial con nivel de significancia de p<0.05


Se encuestaron 1 039 mujeres (edad mediana: 20, RIC: 4). La prevalencia de masturbación fue del 32.2%; de ellas, solo el 73.1% llegaba al orgasmo por esta estimulación. 1 de cada 3 mujeres que se no se masturba reportó incapacidad para alcanzar el orgasmo. La masturbación fue más frecuente en mujeres >35, de estratos socioeconómicos altos, no religiosas o católicas con poco o nulo nivel de religiosidad, que estudian, trabajan como independiente y se autoidentifican como bisexuales.


Por lo tanto, se concluye que una de cada tres mujeres que no refiere masturbarse reporta disfunción orgásmica; de esta forma, las actividades masturbatorias son un factor protector de la disfunción. Es importante realizar educación desde la autoexploración para que la mujer pueda conocerse y disfrutar plenamente de su sexualidad.


Ya que según lo indica la Organización Mundial de la Salud la sexualidad constituye un aspecto central del ser humano, un estado de bienestar físico, emocional, mental y social y no solo la ausencia de enfermedad, disfunción o intimidad. Esta se vivencia a lo largo de la vida y, además de las actividades sexuales propiamente dichas y de sus funciones erótica y reproductiva, también comprende las identidades, los roles de género y la orientación sexual. La sexualidad se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas y relaciones interpersonales; dentro de este marco, la masturbación es una práctica sexual de gran relevancia.


Una definición integral de la masturbación es la propuesta por Alzate, quien plantea que es la autoestimulación manual o instrumental de los órganos sexuales con el fin de lograr el orgasmo. Esta práctica es tan antigua como los primeros seres humanos, pero continua como un tema poco estudiado y mal entendido, a menudo condenado, pero universalmente practicado.


La mayoría de los escritores occidentales afirman que la palabra masturbación se formó a partir de una combinación de la palabra latina manus que significa “mano”, con la palabra stupro, que significa “que contamina”, dando así un estigma a esta práctica que se fortaleció por una fuerte hostilidad de la cultura occidental cristiana. Algunos estudios sugieren que estas restricciones influyen más en la población femenina.


Los sexólogos hemos sido demasiado complacientes en su enfoque de la masturbación, al parecer porque el asunto no fue retomado con fuerza después de que la ciencia la rescató de su larga asociación con vergüenza y descrédito, al identificarla como completamente normal e incluso esencial para el desarrollo sexual saludable.


La masturbación es a menudo utilizada como un marcador de deseo sexual biológico y la recomendamos con frecuencia los sexólogos y feministas como una manera para que las mujeres aprendan sobre sus cuerpos y placeres; para superar mensajes culturales negativos de la imagen del cuerpo y de los genitales, al punto de no dar prioridad al placer, y para el desarrollo de una mayor autoestima.


La masturbación puede estar vinculada a los indicadores de la salud sexual y ser un buen marcador de la función sexual femenina, en parte debido a su función educativa y al (re)conocimiento del propio cuerpo.


En la actualidad, las mujeres han aprendido sobre la masturbación a edades más tempranas y de una forma más detallada que en el pasado, en su mayoría a través de libros, revistas o películas. Algunos estudios afirman que muchas mujeres dicen tener mejores orgasmos con la masturbación que con el coito; en parte porque en esta la mujer se toma todo el tiempo que quiere, estimula exactamente sus áreas más sensibles y lo hace de manera más eficiente, por lo que en algunos casos de anorgasmia secundaria la mujer no puede sentir el orgasmo durante el coito, pero sí con la masturbación. A pesar de este panorama, las investigaciones en Costa Rica no abordan directamente el estudio de la masturbación ni su relación con otros elementos socioculturales que permitan explicar su frecuencia. Por lo anterior, en este espacio ofrezco un conjunto de material visual para que las personas con vulva puedan explorarse y estimularse brindándose placer a sí mismas.










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